3 de abril de 2006
La próxima vez que me venza el consuelo
responderé con otra demanda,
esperaré con paciencia
sin otra idea que acercarme
a un porvenir menos agradable
y ver pasar las horas muertas
hasta que de cansancio se consuman
en su imperdonable ligereza
y no me aburran con miserias
ni con respuestas razonables y sumisas,
que de esas heridas
ya estoy aburrido de curarme.
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