29 de abril de 2006
Te sabía el aire
a los gustos exquisitos
que aprendiste en susurros.
El mal de altura
te hacía sentir como un héroe
en su cima de piedra iluminada.
Todo el agua del mar
sólo salpicaba tus pies
descalzos de raíces.
Un hombre quiso tu sombra
y con la llaga de su deseo
te fundió en transparencia de estatua.
28 de abril de 2006
Por las huellas erradas
que rompen la conciencia
sin acabarse nunca
y por los guiños a las promesas
que indagan en la consideración
de las frases inconexas,
se suele perdonar la identidad
y la moral de la huida
se acostumbra.
Para ser agua clara,
pereza en el sosiego,
habrá que olvidar el tiempo
del grito y del lamento,
conformarse en el orden
y volver a escapar.
25 de abril de 2006
La transparencia urgente de la necesidad
hace de los anhelos una inútil compañía
de tan modesta que es en sí misma.
No hay lugar para los equipajes
que acostumbran a cegarse deslumbrados,
ni los últimos silencios
desembocan en cuadernos blancos
de artificio engendrador,
más bien es al contrario
y el objetivo de esta condicionada,
desesperada búsqueda
hacia lo más elemental
obliga y arrincona los deseos
de los que debo despojarme
para alimentar el hambre
disgustado de cada día.
20 de abril de 2006
19 de abril de 2006
Un lugar como este,
callado,
lleno de sonidos sin embargo,
un lugar como este,
arropando la inercia,
enmascarando la exactitud de las previsiones,
debería ser un poco más acogedor,
no tan áspero,
no tan atento a los cumplimientos.
Queda trabajar la esperanza
y las manos también frenan
la oportunidad de exiliarse.
En la recóndita inmortalidad
ceden los desconchados techos
y ven reflejarse un cuerpo
postrándose hacia lo vulgar.
17 de abril de 2006
11 de abril de 2006
Quedaban hojas sin manchar
y quedan todas las acústicas imposibles
por redimirse en las aceras
ante la contemplación ciega
de las ausencias consentidas.
Recuerdo cómo seducían
los esfuerzos desperdiciados,
cómo administraban la sangre necesaria
hasta llegar a la consumación
y sacrificar entonces los deseos
e incluso colmar de palidez
la ardiente realidad inventada
hasta sumergir en cuencos de lodo
el dolor por la ausencia de dolor.
Continúa lavando el recuerdo
un deterioro que no termina
y que siembra en el remordimiento
la anchura insondable de la obstinación.
7 de abril de 2006
Vacío y demorado
he visto en lo oscuro de la luz
un sacrificio interminable.
Hacia esta corrupción anegada
quise completar el ayuno
sosteniendo la necesidad de ver
sin los ojos, sin la mirada,
y vagué hundido en brasas
por el abandono unánime
con el que quiso mi sombra
entregarse a otra realidad.
La inmediatez me descifró
y supe todo cuanto alcancé a querer
para nunca utilizar cuanto no sé.
3 de abril de 2006
La próxima vez que me venza el consuelo
responderé con otra demanda,
esperaré con paciencia
sin otra idea que acercarme
a un porvenir menos agradable
y ver pasar las horas muertas
hasta que de cansancio se consuman
en su imperdonable ligereza
y no me aburran con miserias
ni con respuestas razonables y sumisas,
que de esas heridas
ya estoy aburrido de curarme.
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