27 de julio de 2010

The New Year - the end´s not near

"La esposa del rey de las curvas" de Alfredo Bryce Echenique













Sucedía por aquellos años que, al igual que todos los niños, yo necesitaba un héroe que emular, que admirar, que querer, e incluso que adorar e idolatrar. Pero mi padre, tímido entre los tímidos, rígido entre los rígidos, y muy callado entre los mudos, incluso, era cualquier cosa menos un hombre idolatrable. Lo respetaba todo, tanto y tanto, mi papá, que, me consta, les juro que me consta a mí, su eterno y aburridísimo copiloto en un viejo Pontiac siempre impecable, azul marino y lento, que, por temor a pasarse el siguiente semáforo, mi padre era capaz de detenerse incluso en el anterior. Y las únicas curvas que daba bien eran aquellas destinadas a evitar un bache de la avenida Salaverry, tanto de ida como de vuelta de su oficina en el Centro de Lima.

19 de julio de 2010

"País de nieve" de Yasunari Kawabata













Aceleró el paso, pero no porque sintiera las piernas ágiles; al contrario, sus músculos estaban un tanto torpes. Pero una especie de alegría y un nuevo impulso se habían adueñado de él a la vista de sus amadas montañas, aun sin apenas darse cuenta de ello. Y en su estado de espíritu eminentemente soñador, le era fácil olvidar que el mundo de los humanos había intervenido en el juego de reflejos flotantes y de extrañas imágenes que le habían seducido. No, ni la ventana del vagón, que la noche había trocado en un espejo, ni el espejo cubierto de blancura por la nieve eran ya objetos salidos de las manos del hombre: eran algo que participaba de la misma naturaleza, en una mitad, y de un mundo diferente y remoto, en la otra.

12 de julio de 2010

"Me llamo Aram" de William Saroyan













Una de las muchas cosas curiosas y encantadoras de nuestro país es la facilidad con la que nuestra buena gente pasa de una religión a otra, o de ninguna religión en concreto a cualquier religión que se les presenta, sin ganar ni perder nada en concreto, y manteniendo de algún modo la inocencia.
Yo, por ejemplo, nací más o menos católico, aunque no me bautizaron hasta los trece años, circunstancia que, recuerdo claramente, irritó mucho al pastor, y lo impelió a preguntar a mi familia si estaban locos, a lo cual mi familia contestó:
-Hemos estado fuera.

Vídeo de presentación del libro "50 maneras de ser tu amante"

5 de julio de 2010

Craig Ramsey


Craig Ramsey
"parting gift for a party girl"
2010








Craig Ramsey - Some Days by Bears

"Idéntico al ser humano" de Kobo Abe













Me levanté un tanto avergonzado y me sacudí con las manos el polvo de las rodillas, mientras pensaba, consolándome, que al menos no había gritado por el susto. (No, recordándolo ahora, me arrepiento de no haber gritado fuertemente. ¿Para qué sirve un orgullo aparente o una dignidad fingida? Perro que ladra no muerde, dicen, pero un perro cobarde suele salvarse gracias a sus ladridos de miedo. Si acaso usted se colocara en la misma situación, ojalá no repitiera el mismo error al tratar de cuidar su insignificante dignidad. En tiempos de desconfianza, la cobardía puede ser el supremo don y la máxima virtud...)