30 de octubre de 2006
















Donde la firmeza se afirma
como voluntad sin sombra
y crecen los impulsos
y se autoalimentan,
allí, en la invención
de las necesidades nuevas,
se inauguran los riesgos
y las puertas quedan entreabiertas
para siempre, sin que pestillos,
cerraduras o llaves asuman
su condición de innecesarios.

24 de octubre de 2006

Concierto de Catpeople en Zamora


Los Catpeople entraron en la pequeña sala Berlín de la también pequeña ciudad de Zamora en silencio, pero eso sólo fue un amago, porque empezaron a repartir saludos a diestra y siniestra, ya que hace menos de dos meses estuvieron en el festival Pro-Active en esta misma ciudad. Lógicamente la gente se acordaba de la grata actuación de septiempre y claro, por eso en la sala no cabía ni un alma más.

Después de cinco minutos de concentración en el mini-backstage (que en realidad eran los servicios del garito), sin más aviso previo que el apagón de luces, los Catpeople subieron a la tarima y a continuación empezó a sonar el epílogo de su primer álbum (que aquí funcionó más bien como prólogo). Tras esta breve introducción-colofón (según se mire), los vigueses nos dejaron de piedra al deleitarnos con un tema inédito que mantuvo el nivel de las canciones ya conocidas. Prosiguieron con el temazo "every can tell you" que consiguió arrancar los primeros aplausos a una audiencia un tanto dubitativa en los primeros temas (¿se esperaban ya "pretty things" o "mexican life"?). Con esa canción un poco ecléctica, que despista un poco, como es "party people" nos demostraron que no venían en mala forma, afrontaron el siguiente bloque de cuatro canciones: "radio", "next hours" y dos pedazo hits inéditos por el momento. Durante el transcurso de estas canciones el público se desinhibió por completo y brindó al grupo múltiples halagos tras cada tema. Ya iba siendo hora...

La siempre soñolienta "myst" fue la primera del siguiente bloque y dio paso a la que es para mí la mejor canción del grupo, "mexican life". La sala tuvo el tiempo justo para reponerse de las descargas adrenalinérgicas del tema anterior escuchando los alegatos nostálgicos y nocturnos del tema "behind". El bajo del grupo puso tanto espeño en una de las canciones que rompió una cuerda de su instrumento. No se les iba a poder acusar de falta de ganas esa noche.

El concierto siguió con la muy interesante versión del tema de los Stone Roses "i wana be adore". Pero hasta aquí duró el sonido aceptable. Uno de los aparatos dejó de funcionar y el sonido perdió mucha claridad y nitidez. A los Catpeople poco les importó porque a base de actitud y añadiendo más ganas aún de las que ya tenían puestas, solventaron el resto del concierto como si las cuerdas rotas y los amortiguadores de masas díscolos no fueran con ellos. Bordaron "get up" y su maravillosa "pretty things". A modo de bis nos regalaron otro precioso tema nuevo y una versión de "this is hardcore" de Pulp.

En conclusión, los Catpeople tuvieron una noche bastante inspirada y se supieron ganar a una audiencia un tanto tibia. Un concierto más que decente del que salimos bastante contentos porque gusta que los grupos derrochen actitud y buenas maneras en el escenario. Una buena despedida de Zamora hasta que nos vuelvan a visitar con su nuevo disco. Y lanzo una pregunta: ¿qué tienen que envidiar estos chicos a Interpol?

Saludos para todos de Merlkorcillo.

20 de octubre de 2006
















Finalmente, la confusión
fue más cierta como amenaza.
Qué absurdos ahora
los sinsabores ya domesticados
de los procedimientos seguros,
la prudencia en las pasiones
desprotegidas del contagio,
qué cruel el miedo acechando
si aún enfermo respira el cuerpo.

Se obedece a quien no desordena
los usos simplificados
y se desoye el alboroto
de los patios escolares,
aunque no es necesario
creer en la lluvia
para mojarse.

18 de octubre de 2006
















Como no tuve tiempo
de asegurarme un lugar escogido,
ni ganas de pagar
por alcanzar realidades al límite
o por participar en leyendas que duran
lo que dura el empeño de quien las alimenta
a golpe de lealtades clandestinas
y destinos predestinados,
preferí reflejarme en espacios no soleados
y me acerqué despierto
a este hogar de presencias sencillas
que tiene ventanas.

14 de octubre de 2006

















No parece que confiar en la razón
que una multitud custodia
vaya a traerme nuevas certezas
o conceda a la duda
argumentos para calmarla.
No conversan las voces
si no las vence un silencio,
si no hay un margen suficiente
para desenfocar la realidad.
Poco puedo aprender
si sólo hay respuestas.

11 de octubre de 2006
















Miraban cómo se confundían,
en un mecanismo exacto.
Una identidad de resignación
en la penumbra queda,
hace garabatos en las puertas,
dibujos de rostros sin alma,
frases sacadas de la inmediatez,
lo tangible y lo humano,
el cuerpo y la ausencia,
una demora cáustica.

En invierno, salen al frío
para fortalecer las lágrimas
y todo el oxígeno desaparece.

9 de octubre de 2006
















Detrás de las voces
se pronuncian mejor las palabras prohibidas,
lejos de la decencia, de sus sanciones,
de la repetición que las consume
y acostumbra a los oídos a escucharlas
malgastando su sonoridad virgen,
equivocando significados en distancias
que desaparecen bajo discursos
de interminables promesas.
A veces nombrarlas las hace ciertas,
las empuja a un nacimiento
sin constancia de saberse prohibidas.
A salvo de sí mismas se encomiendan
a una inocencia amenazada.

6 de octubre de 2006





















Ahora ya sin urgencias,
cada día repitiéndose idénticamente,
los sabores acostumbrados
en el paladar imposible de la prudencia,
el tacto de piel anestesiada,
el color sin matices,
con menos certezas
y siendo todo más cierto,
ya tengo motivos
para borrarme de mis propios planes
y recuperar la respiración de la boca
que nombra y nombra
y sólo dice.

3 de octubre de 2006
















De la soledad, la ausencia,
y de los distintos corazones que me agotan,
el retrato cambiante
del que huyen los lápices.