24 de enero de 2006

La calma

La calma de lo que está lejano
mantiene su vuelo alto,
la segura distancia.
Los músculos ausentes
poseen la tranquilidad pura,
ajenos a tensiones pasadas
donde cuerpos fueron rivales.
No se piensa que todo transcurre,
que, indefectiblemente,
el reposo muere en el reposo
y se reaviva ese encuentro voraz
con las armas.
No se piensa que el orden
muere en el orden,
en los reinos
y en las almas.


Julio Marinas


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