4 de noviembre de 2005

Aquí es el orden la frontera. Inventar supone olvidar presagios, guardar la lentitud de la fiebre. Sólo nace angustia del contacto, tierra y piel unidas. La piel sumergiéndose en la superficie, hundiéndose sin remedio hacia la creación de la memoria. Un relato de manos sepultadas trabaja sin fertilidad y es aún madrugada de pájaros muertos ante el espejo del juicio. Se está quedando sin color la locura.


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