31 de marzo de 2006

Disco de la semana


"l´horizon" de Dominique A

ejemplos de las canciones


Ningún desorden puede salvar por sí mismo el placer. El olor cada vez que amanece tiene la pureza original y el menguado recorrido que traerá sus secretos ocultando los devastados jardines donde no crecerá ya otra sensatez sin derrumbe. Son las huellas las que enseñan hasta aquí el paraje no sellado. Es el sonido inconsciente de los hermanos huidos el que sofoca el instante de cautela. Para esta música sin eco, para este calmado paraíso encerrado, han distraído sus obligaciones las indiferencias y no tendrán más olvido en sus pisadas que el justamente necesario.

29 de marzo de 2006

Ahora que en la esperanza el tiempo abrasa y sosiega el aire entre los comienzos de nuevo emergidos, con la fuerza de una ansiada causa y el desatino de los misterios sofocando tanta fiebre, desbordando las esperas y saqueando la paciencia, ahora que aprendimos por fin las leyes secretas de los durmientes y accedimos a alumbrar otras angustias y perdimos el miedo y lo recuperamos, ahora tan solos, tan amables en las formas como pobres en el apetito, quisiera perder la razón y desembocar en la incertidumbre para confiar de nuevo en la inocencia.

23 de marzo de 2006

Este rápido vendaval de signos junto a mis obsesiones se concilia sin reparar en los rastros que deja la enfermedad continua cuando se advierte la única y reveladora trama, que es conclusión lógica y trasnochada lucidez. Puedo conservar toda la materia, absorber la necesidad, prender fuego a mi alrededor y separar las cenizas. No bastará siquiera que honre a mis desheredados, que mantenga escondida la progresión de la noche o que mude a otra piel más agradable y bañe de perfumes su infinito contorno. Van pasando los desvelos y pasa el tiempo de sus razones. Pasa el hambre también y la mano no puede aguantar su peso, cede y la voluntad se aprisiona entre sus dedos.

21 de marzo de 2006

Mucho más atrás de esos edificios que se ven en el oblicuo resquicio que va de la sombra del cuerpo a la espesura inacabada de los difuminados deseos, contemplo el mar horrible del que vuelven apenas las innumerables expediciones de individuos mutilados ya antes de partir. Todos ahora cegados por la insuficiencia heroica de robar el pan a sus hijos. Todos contagiados por al ambición trágica y por el silencio proscrito de las palabras eternamente condenadas a la calumnia.

17 de marzo de 2006

Llovió toda la noche. Todo el agua fue después sequedad. Los charcos sin agua. Los ríos sin agua. Los mares sin agua. Todo el agua, sequedad. Pero después.

14 de marzo de 2006

Entonces se dispusieron los ojos a preservar el horizonte contemplado y a esconder los límites invisibles. Palidecidos, rogantes de comprensión, ahogados en las pérfidas artimañas de la luz y su ausencia, frecuentaban las orillas desiertas para enterrar su rastro. Fue inútil temblar en las cercanías y los abrazos, nada quedaba que entregar que no fuese aquella huída.

8 de marzo de 2006

La huella disuelta se pierde entre los rincones de la crudeza venciéndose en la condenación desatada al paso difuso de todas las sombras. Come de sus huesos. Piensa sin deseo el secreto renovado. A las puertas seduce sin olor y sin acentos. Es la entrega desnuda que no crece, vencimiento de los presagios crudos en la diseminación de sus castigos.

Cansado el hijo encuentra el negro. Someterá el conocimiento a su condenación inútil.


1 de marzo de 2006

Para detener el ímpetu y no ceder, ingenuamente complacientes las apariencias fieles se dulcifican y gozan. En un sueño hipnótico crece el abandono y a la vez un rastro de realidad difumina el destino paciente que en su ignorancia fecunda y en las horas conscientes se desvanece.