Ahora oscurece cerca de la luz.
Con la lentitud del hambre en las horas mudas
y el temprano amenecer del silencio anónimo.
Un continuo deseo consume
la cómplice seducción del día.
Puede que ya no sea necesario encontrar algo,
todas las mañanas lo repite el mismo aire
que despierta la vida
y la confunde.
22 de septiembre de 2009
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