16 de mayo de 2006

Al volver confundo espasmos, recreo un tiempo preciso en un lugar sin tiempo despojándome de todo lo palpable y lo creído. No es mal engaño. He saturado de luz cuanto almacenaba y vuelvo a nombrar las mismas prioridades que fueron y que en alguna escapada perdí irremediablemente. Pero busco el remedio.

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