16 de diciembre de 2005

Puede que los brazos más íntimos
descansen sin fuerza en ceniza,
que no despierten nunca
del miedo de los reparos
o que por una razón enferma
contemplen de la necesidad su rostro
y de la realidad su ausencia.
Puede incluso que callen,
que siendo propósito, olviden
y recobren sin quererlo
el peregrino ocaso
de su ternura intacta.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

TENER ESTABILIDAD EMOCIONAL DEBE DE SER COMO VIVIR SUMERGIDO EN UNA BAÑERA DE AGUA TEMPLADA, EN LA BAÑERA DE TUS BRAZOS TEMPLADOS

Clamavi dijo...

Gran verso, lástima que no se extienda.