A menudo, el aire huye
como un viento que empuja la sed,
sin tener claro en dónde encontrará
el reposo que promete su destino.
Algunos climas aguardan con indiferencia,
no tienen prisa por acomodarse
en la conciencia de los hombres.
Dejan caer el tiempo
y se conforman.
Cuando ya nadie piensa en ellos
alguien busca una razón.
29 de junio de 2009
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