25 de noviembre de 2008

Una vez más

Y aunque parecía que todo seguía igual, por allí ya no se escuchaban las mismas melodías ni el tono de las voces abroncaba como entonces todo lo que no se entendía. De hecho apenas había sonido. Algún ruido que procedía del exterior interrumpía tanta apatía, pero la mayoría de las veces nos mirábamos anclados en un silencio casi trágico, porque la realidad era que ya no teníamos nada que decirnos, que habíamos gastado todas las frases hechas para parecer cordiales, que todos nos reconoceríamos como desconocidos a partir de ese momento. Y eso tampoco se puede calificar como trágico aunque si nos empeñamos puede llegar a dar pena.

Así que de repente empezaron a ser importantes los marcos de las ventanas, los techos amarillos, las baldosas. Allí iban a parar las miradas y por allí se perdía la intención de los abrazos que por si acaso se habían imaginado en una representación previa de aquella tarde. Todo era como un lienzo en blanco en el que no podrían ya dibujar los lápices que guardábamos. Vi el suelo gastado y comprobé que mis pies no lo habían rozado lo suficiente para haber intervenido en su vejez. Eso no disgustó a nadie porque nadie se da cuenta de las huellas que dejan los demás. Yo tampoco había reparado en sus pasos y eso si que me incomodó. Salí a la calle casi corriendo como si fuese una huida definitiva.

Por las aceras fui chocando con individuos a los que no veía la cara. En realidad no miraba. No logro recordar por donde fui ni adonde llegué. Me senté en algún lugar perdido y pasó un tiempo hasta que volví a un estado más cercano a la comprensión. Alguien se acercó y habló de cosas que no me interesaban demasiado pero agradecí en aquel momento algo de distracción. Estuvimos hablando sin parar y de forma agradable. No había pasado entre nosotros y eso bien mirado era una ayuda. Ni compromisos, ni secretos, ni expectativas. Casi emocionaba la naturalidad de la conversación, casi dolía.

No mucho más tarde y ya mucho más cercanos, propuse cambiar de lugar. Dije que me gustaría que conociese a algunas personas. Volvimos al lugar del que acababa de huir.

3 comentarios:

Unknown dijo...

si eso me recurda a algo que he leido recientemente, no t gustaria, y si te diejra el autor menos, a lo mejor es q efectivamente ya no hay nada que decir ni que escribir, pero tu demuestras optimismo y motivacion, que valiente, o que loco

Clamavi dijo...

ya me contarás qué es lo que te ha recordado, ahora me dejas con la intriga

Unknown dijo...

je je je

es millas, en su gran libro el mundo, será mi manía de relacionarlo todo, eso de relacionar tiene mucho peligro, puede acabar en esquizofrenia, según dicen