21 de septiembre de 2006











Con luces apagadas
viste el aire
su metáfora más cruel.
Leve, su caricia
comienza en el vacío
y acaba en la nada,
y no es lo mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde luego tus mejores poemas son siempre estos más cortos. Y no por el hecho de su mayor o menor duración, sino porque en su contención acaban explotando como volcán. Buen poema.


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