En mitad de la calle apagada, mirando el sol caer en los reproches que invento porque creí saber que no tendría remedio la aspereza de los tópicos y sin embargo aquí nadie advierte una sombra sobre las aceras y así, quién va a averiguar si una metáfora se hace daño o si se hunde el cielo porque hace dos días que no se esconden los abrazos furtivos agotados ya de tanta carrera inútil.
16 de mayo, Sala Berlín de Zamora 17 de mayo, Delicatessen Café de Salamanca 22 de mayo, La Buena de Madrid 31 de mayo, Gran Canaria Espacio Digital, de Las Palmas
Las noches frías tienen ese encanto absurdo de los otoños olvidados en la memoria absurda. Cuando se deshacen los recuerdos una casualidad los impide abandonarse y se retratan en figuras inciertas que golpean calladamente el paisaje sombrío de lo abandonado. Sólo el entusiasmo de lo inesperado y la violencia de la esperanza incansable le dan al secreto de la pérdida categoría de real como oposición al olvido.