11 de noviembre de 2008

No fue un gesto el culpable
ni el retiro
ni el lentísimo e inútil amanecer
sobre páramos adversos
que ya insistían entonces en el pillaje de razones
y solapaban a impulsos bárbaros
los delicados miramientos de la fe.
Si de algo deberíamos hablar
es de la falta de conocimiento
que ha estado siempre en los consejos dados
y que nunca, a pesar de todo,
ha impedido comprender
la ignorancia de cada engaño.
Sin embargo nada ha encerrado
con suficientes motivos
la eterna construcción de otoños
para poder comprometer el destino.
Nada que ocultara la realidad
ha venido a esconder las horas
y duele el relámpago de las ocasiones vencidas
tan carnal y comprensivo
que le falta el escalofrío del dolor
para poder creer en su justicia.

No hay comentarios: