28 de mayo de 2007

No me gustaría arrastrar por agotamiento
los itinerarios por los que silba el aire,
perder el tacto de su sonido
por caprichosos aguaceros de juicio
o conocer los secretos que me tienen engañado
y me duermen siempre en las horas gemelas
del sueño y del vino.

No lo parece, pero yo aquí soy de otro color,
más amable con las vajillas usadas
y tibio del todo con el que espera
a la puerta del olvido
una necesidad descalza
y prohibida a ser posible.

No me importaría, sin embargo,
hacer regresar cuerpos entregados al otoño,
sin preguntas ni resguardos,
sólo por el placer de encontrarlos de nuevo
en ese tiempo tranquilo
de las ingenuidades compartidas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A MI ME PARECE UN GOL.


MARVIZAN

Ignatium Regis dijo...

Casi inteligible. Casi optimista. Casi goal. Me gusta. Y que lo diga la Paltri.

Se os añora.